“Lo ocurrido no es aceptable, pero no por ello vamos a entrar en una crisis”, ha reconocido hoy miércoles el portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll, en la primera reacción oficial a los informes del martes, de años de interceptación de comunicaciones presidenciales.
Lo ocurrido no es aceptable, pero no por ello vamos a entrar en una crisis”, reconoció el miércoles el portavoz del Gobierno de Francia, Stéphane Le Foll.
París descarta así medidas firmes frente al espionaje estadounidense, aun antes de haber escuchado las explicaciones de la embajadora de Washington en París, Jane Hartley, convocada hoy a la Cancillería francesa.
Además, en los próximos días, visitarán Estados Unidos el director de la Dirección General de la Seguridad del Estado (DGSE), Bernard Bajolet, y el coordinador de Inteligencia, Didier Le Bret, informa el diario parisino Le Monde.
Más indignados se han mostrado los dirigentes de la oposición: el expresidente, Nicolas Sarkozy (2007-2012) —uno de los espiados— y los eurodiputados, Jean-Luc Mélenchon, cofundador del Partido de Izquierda, y Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional.
Los pánfilos del proamericanismo simplón son los tontos del pueblo. En estas condiciones, se impone con la máxima urgencia la detención de las negociaciones sobre el gran mercado transatlántico”, reza un comunicado del eurodiputado Jean-Luc Mélenchon.
Tanto Mélenchon como Le Pen han reaccionado exigiendo que París abandone el proyecto de Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, en inglés), que negocian en secreto desde 2013, al menos, funcionarios de Washington y de la Unión Europea (UE).
“Los pánfilos del proamericanismo simplón son los tontos del pueblo. En estas condiciones, se impone con la máxima urgencia la detención de las negociaciones sobre el gran mercado transatlántico”, reza un comunicado de Mélenchon.
El antiguo senador socialista observa que el espionaje estadounidense no cesó ni siquiera después de que el muy proestadounidense Sarkozy reintegrara a Francia, en 2009, al mando integrado de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Los franceses deben tomar conciencia de que Estados Unidos —es decir sus Gobiernos, a los que diferenciamos del pueblo con claridad—, no son un país aliado ni amigo”, ha declarado en un comunicado la dirigente nacionalista Marine Le Pen.
Por su parte, Le Pen, que reclama igualmente “retirarse” de las negociaciones del TTIP, coincide con Mélenchon en señalar esa decisión de Sarkozy en su comunicado, tachándola de “grave error estratégico que deberá revisarse”.
La dirigente nacionalista advierte además: “Los franceses deben tomar conciencia de que Estados Unidos —es decir sus Gobiernos, a los que diferenciamos del pueblo con claridad—, no son un país aliado ni amigo”.
Francia permaneció en la OTAN, pero fuera de su mando integrado desde 1966 hasta 2009, en virtud de la política de independencia nacional del general Charles de Gaulle, presidente entre 1959 y 1969.
El antecesor de Chirac, el socialista François Mitterrand (1981-1995), publicó en su testamento político en 2005: “Francia no lo sabe, pero estamos en guerra con Estados Unidos (…). Es una guerra desconocida, una guerra permanente, sin muertos aparentes y, sin embargo, una guerra a muerte”. La declaración apenas si llamó la atención de los medios de comunicación.
Según documentos de la red de filtración de documentos confidenciales Wikileaks, publicados el martes, los servicios estadounidenses espiaron a todos los presidentes franceses, al menos desde 2006, con Jacques Chirac, hasta 2012, con el que ocupa aún el cargo, François Hollande.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, anunció el martes desde su refugio en la embajada ecuatoriana en Londres que próximamente habrá nuevas revelaciones.
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