El incidente sucedió el martes en Gujba, en el estado de Yobe, cuando la niña detonó los explosivos que llevaba adosados a su cuerpo.
“Entró en el mercado y se dirigió a la sección de cereales. Activó los explosivos en medio de los comerciantes y clientes”, explicó un testigo presencial.
“Entró en el mercado y se dirigió a la sección de cereales. Activó los explosivos en medio de los comerciantes y clientes”, explicó un testigo presencial.
En la misma jornada, los militantes del grupo takfirí Boko Haram atacaron violentamente un pueblo en el estado de Borno (noreste) y asesinaron a al menos 20 residentes.
Los asaltantes, montados en motocicletas y camionetas tipo pickup, tomaron la lejana aldea de Debiro y degollaron a al menos 20 personas después de haberlas detenido.
“Por la tarde se oyeron disparos. La gente corría desesperadamente, hubo confusión por todas partes, algunos fueron asesinados a tiros pero la mayoría degollados. Estábamos indefensos, los militantes incendiaron la mayor parte de las viviendas de nuestro pueblo”, contó un superviviente.
El lunes, un atentado suicida en una estación de autobuses en las inmediaciones de un mercado en la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno, acabó con la vida de al menos 20 nigerianos.
En la misma localidad, dos mujeres adolescentes detonaron sus explosivos cerca de una mezquita llena de gente, y mataron a otras 30 personas.
Ningún grupo o individuo asumió la autoría de estos ataques, aunque habitualmente son obra del grupo extremista Boko Haram.
Boko Haram, que ha jurado lealtad al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), secuestró a más de 200 niñas en 2014, y ha asesinado desde 2009 a unas 15 000 personas, conforme a los datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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