El Gobierno de Túnez anunció la desarticulación de una célula terrorista y la detención de cuatro personas, en una operación llevada a cabo en la provincia de Ariana, situada al norte de la capital del país.
El Ministerio del Interior ha detallado que los detenidos planeaban viajar a Siria “para unirse a grupos terroristas”, apuntando a su posible relación con el grupo takfirí de EIIL (Daesh, en árabe), según informó la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.
El presidente del país, Beyi Caid Essebsi, prorrogó en junio otros cuatro meses el estado de emergencia decretado en el país norteafricano.
El estado de emergencia da poderes excepcionales a las fuerzas de seguridad, permitiendo, entre otras cosas, limitar el movimiento de la población o prohibir manifestaciones o huelgas susceptibles de derivar en desórdenes.
Pese a que está considerada como una medida excepcional, Túnez ha estado bajo el estado de emergencia durante tres años y medio desde el derrocamiento del dictador Zin Abidin Ben Alí en enero de 2011.
Desde el levantamiento popular de 2011 contra Ben Alí, la democracia tunecina ha sido vista como un modelo para la región, pero los terroristas son uno de los mayores retos para las autoridades tunecinas.
Más de 3000 ciudadanos tunecinos se han sumado a la lucha de EIIL en Siria y en Irak, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en el pequeño país africano ante la posibilidad de un retorno al país a través de Libia.
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