Ali Bin Sufyan, portavoz de la facción Al-Alami del grupo terrorista Lashkar-e-Jhangvi (LEJ), ha aseverado que su grupo trabajará con "quienquiera que nos ayude contra el Ejército paquistaní", según informan este viernes los medios.
Sufyan ha indicado que cualquier colaboración con grupos como Daesh seguirá estando "limitada únicamente a las actividades y operaciones en Paquistán".
El portavoz también ha agregado que su grupo apoya a un movimiento separatista en Baluchistán, en el suroeste del país, donde movimientos nacionalistas buscan la independencia desde hace décadas.
El Lashkar-e-Jhangvi, un grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda que ha reivindicado los sangrientos atentados dirigidos contra la comunidad chií, se levantó en armas contra el gobierno estos últimos años.
Pese a que buena parte de su dirección fue abatida el año pasado durante un enfrentamiento con la policía paquistaní, el LEJ parece todavía estar llevando a cabo ataques en el país, y el anuncio de su colaboración con terroristas de EIIL y Al-Qaeda expone una preocupante nueva tendencia del terrorismo en Paquistán.
El alcance que tendría el eventual apoyo material no está claro aún, pero la vinculación con Daesh, grupo notorio por su brutalidad, anticipa una actividad mucho más destacada.
Las autoridades paquistaníes han negado durante mucho tiempo la presencia de Daesh en su país, pero el grupo terrorista ha asumido la responsabilidad de varios atentados cometidos en los últimos meses, principalmente en la provincia de Baluchistán.
"EIIL está bajo presión en Siria e Irak, de modo que está formando un nexo con pequeños grupos milicianos en Paquistán y Bangladés para consolidar su poder e incrementar su repercusión", asevera el analista de cuestiones de seguridad Amir Rana, para quien grupos sectarios como el LEJ son un "aliado natural" de Daesh.
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