En su informe anual sobre Defensa, aprobado este martes por el Ejecutivo del primer ministro, Shinzo Abe, Tokio ha reiterado así su postura crítica con Pekín, luego de que éste rechazó un reciente fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya que se pronunció en contra del gigante asiático en su disputa con Filipinas en el mar del sur de China.
El documento señala que las acciones militares de Pekín dirigidas a reclamar su soberanía sobre varios territorios en aguas del mar de China Meridional constituyen una "provocación", y urge al país vecino a "respetar la resolución" de la corte internacional.
En su informe anual de 484 páginas, Tokio ha subrayado que la “indiferencia (de China) hacia las normas internacionales” son fuentes de preocupación y advertido que la insistencia del gigante asiático en sus demandas "unilaterales" podría tener "consecuencias no deseadas".
El 12 de julio el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya anunció que China no tiene "derecho histórico" sobre los territorios en disputa en el mar de la China Meridional.
En respuesta China declaró que como no había participado en ninguna discusión de la Corte, el voto emitido no vale nada. Además, niega que La Haya tenga competencia para dirimir el caso y afirma que, debido a su uso histórico de las aguas y los peñones, tiene derecho a casi el 90 % del mencionado mar.
Japón no tiene ninguna reclamación en el mar del sur de China, pero está preocupado por la influencia de Pekín en una región por donde pasan anualmente 5 billones de dólares en el comercio, gran parte de ello hacia y desde los puertos japoneses.
China ha pedido en reiteradas ocasiones a Japón que no interviniera en el asunto de las regiones en disputa en el mar de China Meridional, en particular cuando Tokio no tiene arte ni parte en la controversia.
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