"He mantenido un diálogo con el general Team Kiting para barajar opciones planteadas acerca de enviar más fuerzas a Irak, pero el Gobierno (de Australia) aún está por tomar la decisión final al respecto", ha declarado Mark Binskin ante el Senado, informa el diario australiano Herald.
Mientras tanto, el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, ayer martes precisó que su gobierno enviará a Irak 143 soldados dentro de una misión de entrenamiento como parte de un equipo conjunto de tropas australianas.
Asimismo, el sábado pasado, Tony Abbott, el primer ministro australiano, había dejado claro la disposición de su país para enviar entre 200 y 300 soldados de la Fuerza Aérea a fin de entrenar a las tropas iraquíes.
Según un informe de los medios australianos, este país tiene como objetivo reemplazar gradualmente a estos nuevos soldados con unos 200 efectivos especiales que actualmente operan en Irak como asesores militares.
"Se espera que el número de los 200 efectivos especiales disminuya desde la segunda mitad de 2015, no obstante, dada la expedición de nuevas tropas, el número total de los soldados australianos será un poco más alto que antes", ha indicado el diario australiano Herald.
La posición australiana se mantiene pese a que el canciller iraquí, Ibrahim al-Yafari, había afirmado el 12 de febrero que Bagdad definió las pautas a seguir por la denominada coalición anti-Daesh, liderada por EE.UU., en su país, que incluye el entrenamiento a las fuerzas aéreas del Ejército iraquí y encargarse de los asuntos de inteligencia.
Sin embargo, el Gobierno australiano, bajo la excusa de luchar contra el terrorismo, hasta la fecha ha desplegado en Irak un total de 600 soldados, entre ellos 200 integrantes de sus fuerzas especiales, como parte de su contribución a la denominada coalición anti-Daesh.
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