Después de la liberación el viernes de la ciudad de Al-Qaim, el último baluarte del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), en el oeste de la provincia occidental iraquí de Al-Anbar, los combatientes de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) han comenzado a expulsar a los terroristas de las zonas desérticas limítrofes, persiguiéndolos hasta la ciudad de Al-Bukamal, en la parte siria de la frontera.
De acuerdo con los integrantes de las Unidades de Movilización Popular, esta milicia aparte de combatir a Daesh, tiene previsto bloquear el paso de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una banda integrada por kurdo-árabes que goza del apoyo de EE.UU, a Al-Bukamal, ciudad hacia donde avanza el Ejército sirio.
Uno de los grupos que componen Al-Hashad Al-Shabi son las Brigadas de Hezbolá iraquí (Movimiento de Resistencia Islámica de Irak). Esta organización ya ha anunciado la intención de tomar parte en la recuperación de la ciudad fronteriza de Al-Bukamal del yugo de Daesh.
El portavoz del movimiento, Yafaar al-Huseini, manifestó el sábado en una entrevista con el canal libanés Al Mayadeen que existe un vínculo en la batalla de los dos lados de la frontera, entre Siria e Irak, señalando que “no puede aislarse desde el punto de vista militar lo que ocurre en Al-Qaim y Al-Bukamal. Ambos forman parte de un solo frente".
Detalló que Al-Bukamal, el último feudo de EIIL en Siria, está al alcance de los misiles de las unidades populares desplegadas en Al-Qaim.
Daesh ha perdido casi todas sus posiciones y ciudades que llegó a controlar tanto en Siria como en Irak y en la actualidad mantiene su presencia en pequeñas localidades a orillas del río Éufrates y la zona desértica iraquí fronteriza con Siria.
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