Justo 90 minutos antes del inicio de las protestas en la capital gala, París, en condena a los ataques de Israel en Gaza, repentinamente, las autoridades locales revocaron los permisos para estos actos, lo que le dio a la Policía francesa una excusa más para imponer masivas multas.
De casi 4000 manifestantes congregados, 1400 fueron multados, cada uno con 135 euros, muchos de los cuales ni siquiera sabían de la prohibición. Algunas de las multas pudieron retirarse debido a la controvertida cancelación; sin embargo, las cifras iniciales fueron ampliamente difundidas por los medios de comunicación.
Muchos activistas aseguran que nunca dejarán de protestar en contra del genocidio de Israel contra Gaza, aunque las multas son un instrumento obvio para disuadir a la gente en su apoyo público a Palestina.
Al respecto, desde el 7 de octubre hasta ahora, las manifestaciones contra las atrocidades israelíes sólo se han permitido dos en París y ondear la bandera palestina podría ser un delito penal.
Están previstas dos protestas en París para finales de esta semana, pero muchos dicen que es difícil confiar en que el Gobierno respete consistentemente el derecho constitucional del pueblo a la libertad de reunión y de expresión cuando se trata de Palestina.
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