España, el primer país europeo por detrás de EE.UU. en cuanto al número de casos positivos en el nuevo coronavirus (COVID-19), ha registrado este domingo 619 nuevos decesos en las últimas 24 horas, lo que eleva la cuantía de fallecidos a casi 17 000.
“No es todavía la victoria. Ni mucho menos”, ha afirmado Pedro Sánchez en una rueda de prensa telemática para hacer balance de la crisis generada por el nuevo coronavirus.
Tras haber señalado que es pronto para recuperar la normalidad en las actividades sociales, el líder socialista ha recalcado que España necesita el espíritu de unidad, aseverando que él mismo será el primero en bajar la tensión que existe en el país europeo entre la oposición y el Gobierno.
“Desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial no nos habíamos encontrado con un enemigo tan letal”, ha apostillado.
Ante esta coyuntura, Sánchez ha anunciado que el confinamiento establecido desde el 14 de marzo podría prorrogarse más allá del 26 de abril.
La rápida propagación del patógeno en la península ibérica ha provocado una avalancha de pacientes nunca vistos hasta la fecha en los centros hospitalarios, en busca de recibir algún tratamiento que alivie los síntomas de la insuficiencia respiratoria que les causa la enfermedad, registrando así unas imágenes apocalípticas de instalaciones sanitarias colapsadas.
La poca solidaridad mostrada por los socios europeos para enviar ayuda sanitaria a España e Italia —que ocupa el primer lugar entre los países europeos por el número de fallecidos— ha originado que el presidente del Gobierno español saliera a pedir una mayor fraternidad de los 27 miembros de la Unión Europea (UE).
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