• El comandante de Fuerza Quds, del CGRI de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, habla con la prensa en Teherán, 1 de octubre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: sábado, 11 de enero de 2020 17:12
Actualizada: domingo, 12 de enero de 2020 18:59

Seyed Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, vengará la sangre del teniente general Qasem Soleimani, asesinado en una operación terrorista por EE.UU.

El vicesecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem, ha asegurado este sábado que el comandante de la Fuerza Quds, del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, pertenecía al eje de la Resistencia y Nasralá se vengará de EE.UU.

El comandante persa, el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y otros militares iraníes e iraquíes cayeron mártires el pasado 3 de enero en un atentado perpetrado por EE.UU. en Bagdad, capital de Irak.

“Soleimani no pertenecía solo a Irán, pertenecía a todo el mundo musulmán […] EE.UU. encontrará que […] sus cálculos para cambiar la ecuación son erróneos”, ha asegurado el sheij Qasem. De hecho, el martirio de Soleimani ha cambiado las reglas y Washington ya no podrá recurrir al poder militar para imponer sus decisiones políticas, afirma.

 

Las ceremonias fúnebres en honor del teniente general Soleimani  y la respuesta de Irán a su asesinato han sorprendido al mundo, en particular a Estados Unidos, y abierto un nuevo camino al eje de la Resistencia, explica.

Asimismo ha enfatizado que la resolución aprobada el pasado domingo por el Parlamento iraquí para expulsar a las fuerzas extranjeras del país árabe pondrá fin a la época en la que EE.UU. ocupaba impunemente partes de la región.

Como represalia al asesinato del teniente general Soleimani, el CGRI de Irán atacó el pasado miércoles dos bases estadounidenses en Irak: la base aérea Ain Al-Asad, en la provincia de Al-Anbar, y otra en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí.

A pesar de que Washington había puesto en estado de máxima alerta los sistemas antiaéreos de sus bases en Irak, las fuentes locales reportan que la defensa antimisiles norteamericana no logró interceptar ni un misil iraní

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