El tercer debate televisivo entre los republicanos era sobre economía, para que aclararan sus planes económicos. Pero solamente hablaron de algunos datos sobre la deuda pública elevada y los impuestos bajos, sin soluciones.
Los 10 aspirantes republicanos se empeñaron más bien en repudiar a los precandidatos del partido rival, los demócratas, y en especial, sus misiles apuntaron a Hillary Clinton, la más favorita de su formación.
El debate también fue marcado por los ataques cruzados entre los dos favoritos republicanos, Ben Carson y Donald Trump. Carson cuenta con el apoyo del 26 por ciento de votantes republicanos, y Trump le sigue con 22 por ciento.
En este tercer debate, también hubo momentos de encontronazos. Entre el exgobernador de la Florida (sureste), Jeb Bush, y el senador Marco Rubio. Bush le acusó a Rubio de abandonar su puesto de trabajo para hacer su campaña electoral.
Fuera de la Universidad de Boulder, en Colorado, donde se desarrolló el debate, hubo una masiva protesta. Cientos de personas, en su mayoría inmigrantes repudiaron la postura antiinmigrante de los republicanos. Llamaron a los precandidatos a que dejen de usar su retórica divisoria contra los inmigrantes.
Los precandidatos presidenciales republicanos son muy criticados por sus comentarios negativos contra los latinos, la migración y por su evidente racismo.
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