Lo que comenzó con una docena de carpas, se ha convertido en uno de los epicentros del movimiento estudiantil estadounidense en solidaridad con Palestina. Se trata de la sentada en la Universidad George Washington, en el corazón de Estados Unidos.
En su cuarto día de protestas, los estudiantes han triplicado el número de asistentes. Y aunque la prensa corporativa pretende difamar al movimiento, este crece a nivel nacional. Alrededor de 40 casas de estudios superiores siguen el ejemplo de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.
Reportes indican que las principales universidades de Estados Unidos tienen por lo menos 495 000 millones de dólares invertidos en mercados de valores con relaciones al sionismo económico internacional y en este sentido, los estudiantes destacan que la desinversión es una de las exigencias más importantes en estos campamentos.
A su vez otros reconocen que en un contexto histórico de genocidio y crímenes de lesa humanidad perpetrados por la entidad sionista, este movimiento —aunque reprimido con violencia policial— es una de las expresiones más auténticas de resistencia popular y rechazo a la colaboración de la Casa Blanca de Joe Biden con el terrorismo israelí.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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