Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron la noche del sábado otra ronda de ataques militares contra Yemen. En un comunicado publicado este domingo, el secretario de Defensa estadounidense (Pentágono), Lloyd Austin, ha manifestado que además otros seis países apoyaron esta agresión bélica.
Australia, Baréin, Canadá, Dinamarca, los Países Bajos y Nueva Zelanda secundaron la acción, según la declaración conjunta de los países involucrados, anunciado por Austin.
Según el documento, la acometida impactó 18 puntos del país árabe, incluidos relacionados con “instalaciones subterráneas de almacenamiento de armas, instalaciones de almacenamiento de misiles, sistemas aéreos no tripulados de ataque unidireccional, sistemas de defensa aérea, radares y un helicóptero”.
El jefe del Pentágono también ha amenazado con más ofensivas contra Yemen como consecuencia de sus ataques antisraelíes en el mar Rojo, una de las vías fluviales más críticas del mundo, que han dejado en los últimos meses la economía del régimen sionista en el limbo.
Desde Yemen han condenado con duras palabras las continuas agresiones, asegurando que esas acometidas no podrán perturbar la voluntad de la nación árabe en apoyo a Palestina.
“Las Fuerzas Armadas de Yemen confirman que, para defender nuestro país, nuestro pueblo y nuestra nación, afrontarán la escalada de tensiones entre Estados Unidos y el Reino Unido con operaciones militares de mayor calidad contra todos los objetivos hostiles en las zonas del mar Rojo y el mar Arábigo”, ha señalado un funcionario del movimiento popular Ansarolá, entrevistado por Associated Press.
Durante la ofensiva nocturna, según atestigua la prensa local, en Saná (capital), aviones de combate estadounidenses y británicos atacaron tres veces una fábrica de insecticidas en el barrio de Al-Nahda, situado en el distrito de Al-Thawra y realizaron también seis bombardeos sobre la zona de Attan y otras tres en Al-Nahdain.
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