El secretario de salud estadounidense, Alex Azar, presentó su carta de dimisión el 12 de enero y en ella afirmó que el ataque al Capitolio puede “dañar” los logros de la Administración del presidente saliente de Estados Unidos.
Asimismo, Azar en la carta que ha hecho pública el viernes manifestó que dicho asalto es un ataque a “nuestra democracia y la tradición de la transición pacífica de poder que los Estados Unidos fueron los primeros en traer al mundo”.
En este sentido, tras instar a la gente a no interrumpir las actividades de la toma de posesión de Biden que se celebrará el próximo miércoles, “implora” a Trump que condene cualquier forma de violencia “de manera inequívoca”.
El funcionario aprovechó la oportunidad para razonar sobre su permanencia hasta el final de su gestión y manifestó que ha quedado hasta ahora solo para entregar vacunas contra el coronavirus y ante la necesidad de “una transición suave” entre su equipo y el designado por Biden.
Azar no es el primer secretario del Gobierno que dimite tras el asalto al Capitolio. Anteriormente, otras personas como la secretaria de Transportes, Elaine Chao, y la secretaria de Educación, Betsy DeVos habían dejado su cargo debido a dicho ataque el 6 de enero.
Las reacciones de condena a este flagrante ataque al sistema democrático de sufragio universal estadounidense no se hicieron esperar y un número de críticos extranjeros y estadounidenses, entre ellos el expresidente de EE.UU. George W. Bush (2001-2009) lanzaron una serie de analogías sobre la inusual situación provocada por un discurso repetitivo por parte del líder republicano sobre un presunto fraude electoral en los comicios.
Por su parte, los demócratas de la Cámara de Representantes de EE.UU. han acelerado el proceso para destituir a Trump, acusándolo de incitar “deliberadamente” a la violencia en el país.
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