Una aprobación lograda por los pelos, gracias a un solo voto: el del vicepresidente Mike Pence.
Este martes, en el Senado de EE.UU. reinaba un escenario poco visto. El senador veterano, John McCain, participaba en la votación pese a dificultades de salud y el hallazgo de un cáncer en su cerebro, para mostrar su apoyo a la derogación del Obamacare, aunque no está de acuerdo con el resto del texto.
Sin embargo, ante los desacuerdos republicanos, Mike Pence, el vicepresidente, se aprovechó otra vez de su poder constitucional para romper el empate técnico.
Y al paralelo, fuera de la sala, gritos de activistas y discapacitados beneficiados del Obamacare pedían que no se reactivaran los debates, pero no tuvieron éxitos.
Tras la votación, los senadores demócratas realizaron una protesta frente al Capitolio, instando a los ciudadanos a marchas masivas en contra del plan republicano para eliminar el Obamacare.
El proyecto anterior sobre la derogación y el reemplazo causaría que 22 millones perdieran el seguro social, mientras solo derogarlo provocaría que 32 millones queden sin cuidado de salud.
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