“Bajo la presidencia de (el presidente Vladimir) Putin, Rusia está utilizando todas las herramientas a su disposición para intentar introducir divergencias en el proyecto europeo, lo que será un test para el resto de las democracias occidentales, y volver a una política definida por esferas de influencia”, ha afirmado este miércoles Joe Biden durante su último discurso en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza).
Con un lenguaje propio de la Guerra Fría, ha cargado contra el país de Putin y ha advertido también de que Rusia intentará influir en las elecciones de los países europeos como lo hizo, a su juicio, en las presidenciales de EE.UU. contra la candidata de su partido, Hillary Clinton.
Bajo la presidencia de (el presidente ruso, Vladimir) Putin, Rusia está utilizando todas las herramientas a su disposición para intentar introducir divergencias en el proyecto europeo, lo que será un test para el resto de las democracias occidentales, y volver a una política definida por esferas de influencia”, ha afirmado el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden.
“Con muchos países en Europa celebrando elecciones este año [Francia, Holanda y Alemania], debemos esperar nuevos intentos de Rusia de influir en los procesos democráticos. Va a ocurrir otra vez, se lo prometo. Y el objetivo es claro: colapsar el orden democrático internacional”, ha advertido.
En otra parte de sus declaraciones, Biden ha defendido la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) frente a los ataques del nuevo presidente electo de su país, Donald Trump, y ha recordado que reforzar la Alianza Atlántica es la mejor medida para frenar a Rusia.
Esto contrasta con tomas de posición de Trump en que este tildaba la Alianza liderada por EE.UU. de "obsoleta", argumentando que los Estados miembros deben pagar el apoyo militar de Washington o mantener su propia seguridad por su cuenta.
Ante las arremetidas de Trump cuestionando el apoyo de Washington a los miembros de la OTAN, Biden ha asegurado a sus aliados que el compromiso de defensa mutua que establece la organización “es una obligación sagrada” que “no debe ser cuestionada nunca”.
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