La ciudad de Medellín es una de las urbes más golpeadas por la COVID-19. Los pasillos de los hospitales no tienen capacidad para instalar más camas para los pacientes que llegan cada hora a los centros médicos en busca de ayuda respiratoria.
En otras regiones del país, la situación es igual de angustiante. Las autoridades sanitarias afirman que el número de pacientes graves por el virus creció 150 % en el último mes. Todo, debido a las cepas británica y brasileña detectadas en varias partes del territorio colombiano.
Para bajar la presión sobre los hospitales, el Gobierno colombiano ha decretado toques de queda nocturnos de dos semanas en las ciudades con una ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) superior a 80 por ciento. Bogotá, la capital, estará además bajo cuarentena este fin de semana.
Otro de los grandes retos del país es lograr que la gente se vacune. Según las autoridades, hay muchos adultos mayores que se niegan al biológico. Por esto, el Gobierno intenta convencer a la población para que acuda a los centros de vacunación.
El país enfrenta semanas cruciales con el tercer pico del coronavirus. Hasta la fecha, la COVID-19 ha contagiado a más de 2 millones 600 mil colombianos y se ha cobrado unas 68 mil vidas.
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