En un acto político celebrado el sábado en la ciudad de Recife (noreste), el mandatario invitó a sus simpatizantes a participar en un mitin el 7 de septiembre —a menos de un mes antes de las elecciones presidenciales— en la playa de Copacabana de Río de Janeiro, donde también dijo que desfilarán los militares en lugar de su ruta habitual en el centro de la ciudad.
El 7 de septiembre “estaré a las 10.00 en Brasilia [la capital] en un gran desfile militar y a las 16.00 en Copacabana, en Río de Janeiro”, dijo Bolsonaro, poniendo de relieve que la Marina, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Policía Militar y el Cuerpo de Bomberos participarán en la parada de la famosa playa brasileña.
En Brasil, el 7 de septiembre se celebra el Día de la Independencia y tradicionalmente el Ejército ha sido el gran protagonista; sin embargo, el año pasado, en esta conmemoración, Bolsonaro organizó manifestaciones callejeras en las que calificó las elecciones de 2022 de farsa y amenazó con desobedecer las órdenes del Tribunal Supremo.
Estos pronunciamientos de Bolsonaro ha avivado la preocupación de que el excapitán del Ejército de extrema derecha esté arrastrando a los militares a la política para compensar su baja popularidad. De hecho, el papel de las fuerzas armadas en la política es especialmente sensible, dado que Brasil estuvo bajo una dictadura militar entre 1964 y 1985.
Los sondeos no favorecen a Bolsonaro, cuya popularidad se vino abajo por la mala gestión de la pandemia del nuevo coronavirus y la posterior crisis económica en el país suramericano.
Entretanto, el principal rival de Bolsonaro en las presidenciales del 2 de octubre, es el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien, según las encuestas, hasta el momento, lidera las intenciones de voto, e incluso algunos sondeos le dan ganador en primera vuelta sin necesidad de balotaje.
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