Pasados casi dos meses de gestión, la aprobación de la Administración del mandatario argentino ha comenzado a descender considerablemente en los últimos 40 días y la pálida distancia entre la imagen positiva y la negativa se ha disminuido.
De acuerdo con un sondeo realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la aprobación del Gobierno argentino perdió 10 puntos en ese lapso de tiempo y, por primera vez, los insatisfechos con las medidas que se tomaron en el último tiempo superan a los satisfechos, es decir el 49 por ciento contra el 48,1 %.
Según la encuesta publicada el domingo por el diario local Página 12, entre las razones que han dado pie a esta caída de aprobación destaca la economía, sobre todo en la trepada de precios y tarifas de los servicios. Además reapareció el fantasma de la desocupación que en los años 90 —durante el mandato del expresidente Carlos Menem— aquejó el país.
No obstante, el mismo sondeo constata que desde que asumiera el cargo como presidente, el pasado 10 de diciembre de 2015, Macri todavía conserva una imagen positiva superior a la imagen negativa. El 53,9 % de los encuestados le tiene un concepto favorable, frente al 40,9 % que tiene una imagen negativa del mismo.
Según Roberto Bacman, quien dirige el CEOP, la imagen positiva de Macri se debe a que los ciudadanos manifiestan el deseo de que “le vaya bien porque así nos va bien a todos”, pero dejan en claro su preocupación por la situación económica, que desplazó a la inseguridad como principal tema.
Algo similar se observa, en el mismo período, en otro sondeo llevado a cabo por la consultora Ricardo Rouvier & Asociados, en el que se halló un decenso en la popularidad de Macri transcurridos los primeros 40 días de 2016.
Ese análisis recogió quejas de los consultados que coincidieron en cuestiones socioeconómicas como “la inflación está muy alta”; “no se puede comprar”; “hay desocupación”; “va a subir mucho la luz”; “va a subir el gas”; “los sueldos no suben tanto”, entre otras expresiones de descontento.
Adoptado una serie de “medidas reformistas”, en particular, en el sector económico y laboral después de haberse instalado en la Casa Rosada, Macri se enfrenta a las críticas y manifestaciones por parte de la nación argentina en su conjunto.
Sin embargo, la gestión del dignatario argentino cree que las nuevas decisiones “son de urgencia y necesidad” para el pueblo en un intento para poder contrarrestar, según alega, el efecto negativo que trajeron los planes desarrollados por los anteriores gobiernos kirchneristas.
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