La violencia llega a uno de los puntos más seguros de la capital de Afganistán. La propia sede de la presidencia en Kabul fue objeto de ataques con cohete, justo cuando el mandatario daba un discurso en directo.
Ashraf Qani, quien intervenía con motivo de la festividad musulmana del Eid al-Adha o Fiesta del Sacrificio, interrumpió su mensaje.
Además de la sede presidencial, otros puntos de la capital y un complejo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fueron blanco de los misiles.
En un principio, la policía responsabilizó a los talibanes por el ataque. Pero estos insurgentes lo negaron, y poco después el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) asumió la autoría mediante un comunicado. Las autoridades están llevando a cabo investigaciones para aclarar los hechos tras lograr abatir a todos los atacantes.
Los grupos Talibán y Daesh han estado realizando ataques en diversas partes de Afganistán. El primero parece haber aceptado negociar la paz, aun así, no aceptó una oferta del mandatario para el cese el fuego.
Ahora, el país sigue experimentando episodios de violencia que han ido en aumento desde la invasión de EE.UU. y sus aliados en 2001.
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