• Algunas de las bombas de racimo británicas encontradas y recolectatdas recientemente por Amnistía Internacional en el norte de Yemen.
Publicada: lunes, 23 de mayo de 2016 14:26
Actualizada: lunes, 13 de marzo de 2017 14:15

Amnistía Internacional (AI) ha documentado el uso de municiones de racimo de fabricación estadounidense, británica y brasileña por las fuerzas saudíes en Yemen, y ha pedido el cese de los ataques.

En un comunicado emitido este lunes, la organización de defensa de los derechos humanos, con base en el Reino Unido, ha denunciado que las miles de bombas de racimo sin explotar lanzadas en el norte de Yemen por el régimen saudí y sus aliados han transformado regiones enteras en “campos de minas” que amenazan a los civiles.

AI además ha informado que entre las víctimas "muertas y mutiladas" por estas bombas hay sobretodo niños, y ha alertado de que las familias desplazadas que vuelven a sus casas desde el alto el fuego acordado en marzo corren un “grave riesgo” de sufrir "heridas graves o incluso morir" por esta causa.

Los países influyentes tienen que pedir a la coalición que deje de utilizar bombas de racimo, prohibidas a nivel internacional", reza el comunicado de Amnistía Internacional.

Por ello, la organización ha exhortado de nuevo a Arabia Saudí a que deje de usar bombas de racimo, que están prohibidas internacionalmente, y ha pedido un plan internacional para desminar la región.

"Los países influyentes tienen que pedir a la coalición que deje de utilizar bombas de racimo, prohibidas a nivel internacional", indica Amnistía en el comunicado.

Los investigadores encontraron una bomba parcialmente explotada del modelo BL-755 model, fabricada por la británica Hunting Engineering Ltd en los años 70, en la norteña provincia de Hajja. Este modelo está diseñado para ser lanzado por los cazas de guerra Tornado, que han sido vendidos en grandes cantidades por el Reino Unido a Riad en las últimas décadas.

 

Desde el 26 de marzo del 2015, Yemen es blanco de una ofensiva saudí que, hasta el momento y de acuerdo con cifras divulgadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.

Pese a los llamados de la comunidad internacional, hasta el momento Arabia Saudí, Estados Unidos y Brasil se han negado a ratificar la Convención Internacional sobre Armas de Racimo, adoptada en mayo de 2008 por 116 países del mundo.

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