El domingo, un informe publicado por Amnistía Internacional (AI) sacó a la luz una serie de evidencias sobre que Arabia Saudí ha utilizado bombas BL – 755, de fabricación británica, en su agresión aérea contra el territorio yemení.
“Esto pone de manifiesto una verdad simple: la venta de armas del Reino Unido y el apoyo técnico militar están alimentando una salvaje guerra en Yemen”, criticó ese mismo día Mark Goldring, director ejecutivo de la organización humanitaria internacional Oxfam.
Las bombas de racimo contienen múltiples submuniciones más pequeñas que se extienden sobre una extensa amplia. Debido a la amenaza que representan para los civiles en el momento del ataque, están prohibidas por una convención internacional redactada en 2008 y entrada en vigor en agosto de 2010.
Sin embargo, diferentes organizaciones de derechos humanos han denunciado el uso de bombas de racimo en Yemen por parte de Riad, e incluso han publicado una fotografía de una CBU-58, fabricada en 1978 en una planta de Tennessee, Estados Unidos.
En esta línea, la citada organización no gubernamental (ONG) criticó a EE.UU. y en particular al Gobierno británico por infringir las leyes internacionales que prohíben el comercio de armas en caso de que exista un riesgo manifiesto de que sean empleadas en crímenes de guerra.
Esto pone de manifiesto una verdad simple: la venta de armas del Reino Unido y el apoyo técnico militar están alimentando una salvaje guerra en Yemen”, dice Mark Goldring, director ejecutivo de la organización humanitaria internacional Oxfam.
UK govt determined to ignore international law and continue to sell arms to Saudi despite bombing of #Yemen. https://t.co/ZEEOGsA16M
— Mark Goldring (@Mark_Goldring1) April 20, 2016
Tal y como atestiguan los indicios, el Reino Unido ha vendido grandes cantidades de bombas al reino árabe y ha autorizado además ventas de armas a ese país por valor de más de 8000 millones de dólares, convirtiéndose así en uno de los cómplices de Riad en su aventura militar en Yemen.
El conflicto en Yemen dejó a más de un 80 por ciento de la población en necesidad urgente de ayuda, de acuerdo con Goldring quien pidió a Londres “detener todo el apoyo a esta agresión y ejercer presión sobre todas las partes implicadas” que se mantienen indiferentes ante la seguridad de los civiles.
Según las últimas estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la guerra saudí contra Yemen, iniciada el 26 de marzo de 2015, ha dejado ya, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.
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