“No vamos a repetir el fiasco del diálogo del año pasado (…) La comunidad internacional está presionando para que se trate de una negociación seria y el Gobierno cumpla su palabra”, ha dicho este martes el opositor jefe de la Asamblea Nacional (AN).
La oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro iniciaron contactos en la República Dominicana el miércoles pasado a instancias del presidente de ese país, Danilo Medina, para intentar fijar la agenda de las negociaciones.
Con respecto a las negociaciones, Borges ha aclarado que el diálogo “no ha comenzado” formalmente y no lo hará hasta que se establezcan “condiciones de igualdad y de respeto”, y en este sentido ha vuelto a responsabilizar a los oficialistas del fracaso de las negociaciones de 2016.
Entre las condiciones para dialogar, el dirigente opositor ha insistido en la celebración de elecciones presidenciales a finales del 2018, la liberación de los “presos políticos” y el levantamiento de las sanciones a los opositores, que les impiden postularse a cargos de elección.
No vamos a repetir el fiasco del diálogo del año pasado (…) La comunidad internacional está presionando para que se trate de una negociación seria y el Gobierno cumpla su palabra”, ha dicho el presidente del Parlamento de Venezuela, Julio Borges.
El próximo encuentro entre el Gobierno y la oposición está previsto para el próximo 27 de septiembre en la República Dominicana, después de las exigencias planteadas por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que pidió que México, Chile y Paraguay fueran garantes del proceso, mientras que por el Gobierno solo se ha mencionado a Bolivia y Nicaragua.
Venezuela sufre una aguda crisis económica y la oposición culpa al presidente del país suramericano Nicolás Maduro. El mandatario, por su parte, asegura que el descalabro se debe a una “guerra económica” orquestada por la oposición con apoyo extranjero.
Así, con los diálogos entre el Gobierno y la oposición, vuelven a intentar poner fin a la crisis política. El año pasado la parte opositora dejó la mesa de negociaciones acusando al Gobierno de “haber incumplido” con lo que habían acordado en los diálogos.
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