• Disparan pistola de bengalas contra embajada rusa en Ucrania
Publicada: domingo, 15 de marzo de 2020 10:12
Actualizada: lunes, 16 de marzo de 2020 17:30

Los radicales ucranianos dispararon bengalas contra la embajada rusa en Kiev mientras realizaban una protesta contra la misión pese a fuerte presencia policial.

La misión diplomática de Rusia en Kiev sufrió un ataque el sábado por la noche cuando una multitud de radicales en su mayoría de extrema derecha se reunió frente a la embajada y disparó pistola de bengalas que golpeó el techo del edificio.

Los radicales no lograron incendiar el edificio, pero profanaron una bandera rusa despedazándola frente a la misión y corearon lemas antirrusos.

La multitud que organizó la marcha en este día incluyó particularmente a miembros del Batallón Azov, un grupo extremista, muchos de los cuales expresan abiertamente las creencias nacionalistas y neonazis. Los manifestantes también ondearon banderas con el logotipo neonazi.  

La Policía ucraniana desplegó una amplia presencia de fuerzas militares antes de la marcha ultranacionalista y acordonó el edificio con barreras de metal. Los policías no intentaron intervenir cuando los radicales atacaron la misión diplomática.

Las misiones diplomáticas rusas han sido frecuentemente blanco de radicales ucranianos desde el golpe de Estado de Maidán. En 2018, los ultranacionalistas incendiaron el consulado ruso en la ciudad ucraniana de Lvov.

Las autoridades ucranianas siempre han sido reacias a investigar tales incidentes, mientras que los partidarios occidentales de Kiev han preferido hacer la vista gorda ante tales ataques.

Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.

Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo balance la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima en unos 13 000 muertos, además de 1,3 millones de desplazados.

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