"Como político, he aprendido y aceptado que lo mejor es tener la piel gruesa y no esperar que la prensa me trate con un cariño especial. Más bien todo lo contrario, y la línea entre crítica, insulto y difamación es muy fina y muy relativa", destacó el sábado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El también expremier polaco visitó un campo de refugiados en la localidad turca de Gaziantep (sureste), acompañado por la canciller alemana, Angela Merkel, a quien preguntó sobre las medidas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, contra los medios críticos, entre ellos un cómico alemán.
Como político, he aprendido y aceptado que lo mejor es tener la piel gruesa y no esperar que la prensa me trate con un cariño especial. Más bien todo lo contrario, y la línea entre crítica, insulto y difamación es muy fina y muy relativa", destacó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
"El momento en que los políticos decidan cuál es cuál, es cuando podría terminarse la libertad de expresión en Europa, en Turquía, en África, en Rusia, en todas partes", señaló Tusk, quien preside las cumbres de la UE.
Recordando su propio encarcelamiento en la década de 1980 por oponerse al entonces Gobierno comunista de Polonia, Tusk dijo: "Hace 30 años me metieron en la cárcel por criticar al régimen y a mi buen amigo Erdogan le pasó lo mismo 15 años después, solo por expresar sus opiniones".
Sus palabras se produjeron después de que se le recordaran los 1800 casos que la Fiscalía turca tiene pendientes por insultos contra Erdogan desde que se convirtió en presidente en 2014, entre los acusados están periodistas, dibujantes e incluso menores de edad.
En el mismo sentido, el Gobierno de Turquía detuvo el domingo a la columnista holandesa, Ebru Umar, en la ciudad turca de Kusadasi, en la costa del Egeo, por haber publicado unos tuits contra el dignatario y calificar de "dictador” a Erdogan y de “fraude” sus declaraciones.
Oké. Politie voor de deur timeline. Geen grap.
— Ebru Umar (@umarebru) April 23, 2016
Otro ejemplo más reciente sobre duras medidas del Ejecutivo turco contra los medios críticos, es la detención el pasado 26 de noviembre del redactor jefe del diario opositor turco Cumhuriyet, Can Dündar, y del representante del diario en la capital, Ankara, Erdem Gül, acusados de espionaje y de revelar secretos de Estado.
Los referidos periodistas publicaron un vídeo en mayo de 2015 en el que mostraba cómo los servicios de Inteligencia turcos (MIT, por sus siglas en turco) transportaban armas en 2014 en furgonetas que iban a parar, presuntamente, a manos de los terroristas presentes en Siria.

Ambos, que niegan las acusaciones de espionaje, penado con cadena perpetua, estuvieron más de 90 días en detención preventiva, pero fueron puestos en libertad en febrero después de que el Tribunal Constitucional declarara que su arresto había sido ilegal. Sin embargo, un tribunal turco reanudó a principios de abril el juicio en su contra.
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