• Patrullas en la frontera de Hungría con Serbia.
Publicada: sábado, 17 de septiembre de 2016 13:54

La Unión Europea (UE) gastó más de 17 000 millones de euros desde 2014 con el fin de tratar de frenar y de disuadir la inmigración a sus países miembros.

Estas son las conclusiones de un informe presentado esta semana por el Overseas Development Institute (ODI) bajo el título 'Refugiados y migrantes de Europa. Flujos ocultos, fronteras más controladas y costes cada vez más altos'.

Según el análisis realizado, los países europeos se han gastado "como mínimo, al menos 17 000 millones de euros en medidas dentro de Europa desde 2014 a 2016 en un esfuerzo por reducir los flujos", si bien se cree que esta cifra solo es una "imagen parcial del verdadero coste".

"Con el tiempo, las rutas cambia y se abren otras nuevas; el cierre de fronteras concretas simplemente desvía a los refugiados e inmigrantes hacia los países vecinos o hacia rutas más peligrosas", defiende el ODI.

Entre estas medias figuran, según resalta, la construcción o los planes de construcción de vallas fronterizas por varios países como Hungría (en sus fronteras con Croacia, Serbia y Rumanía), Eslovenia (con Croacia), Austria (con Eslovenia e Italia), Macedonia (con Grecia), Letonia (con Rusia) y Estonia (con Rusia), además de los planes del Reino Unido para construir un muro en Calais, en Francia, para evitar el paso de inmigrantes a través del canal de la Mancha.

 

Por otra parte, los países europeos han comprometido desde diciembre de 2014 unos 15 300 millones de euros en acuerdos con los países de origen de los refugiados o los países vecinos, con el fin de mejorar la situación y las oportunidades y evitar que sus ciudadanos traten de llegar a Europa. Esta cantidad incluye entre otros el acuerdo alcanzado entre la UE y Turquía el pasado marzo, así como fondos para Siria y África.

Sin embargo, el análisis realizado por ODI apunta a que "los controles de frontera en muchos casos simplemente han reorientado a los inmigrantes y refugiados hacia rutas alternativas y encubiertas".

En este sentido, los autores resaltan que las previsiones, tras el acuerdo con Turquía y otros pactos, son de que 2016 terminará con la llegada de unos 330 000 inmigrantes y refugiados a través del Mediterráneo, muy lejos de los 3 millones que se predecían a principios de año y de los 1,1 millones que llegaron en 2015.

"Con el tiempo, las rutas cambia y se abren otras nuevas; el cierre de fronteras concretas simplemente desvía a los refugiados e inmigrantes hacia los países vecinos o hacia rutas más peligrosas", defiende el ODI, lo que empuja a estos países a adoptar medidas similares y desencadena "un efecto dominó".

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