“La presencia de las fuerzas estadounidenses u otra presencia militar en Siria sin el consentimiento del Gobierno sirio constituye una agresión y una violación de la soberanía de Siria, así como una violación flagrante de los principios fundamentales de la ONU”, dice el comunicado publicado este martes por el Ministerio sirio de Exteriores.
Damasco ha criticado las declaraciones del secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, quien aseguró el lunes que la llamada coalición liderada por EE.UU. no abandonará Siria hasta que se “establezcan las condiciones de las conversaciones sobre el fin del conflicto” en el país árabe y que estas avancen.
El Ministerio sirio de Exteriores, en respuesta, ha “rechazado categóricamente” los esfuerzos de Estados Unidos para vincular las conversaciones de paz con la acción militar, a la vez que ha exigido la “inmediata e incondicional retirada de las fuerzas estadounidenses” del territorio sirio.
EE.UU. y otros no podrán imponer ninguna solución con presión militar; por el contrario, esta presencia solo prolongará y complicará la crisis”, ha indicado una fuente de la Cancillería siria.
“Vincular la presencia de Estados Unidos en Siria con un proceso de resolución es solo un pretexto y un intento de justificar esta presencia (...) EE.UU. y otros no podrán imponer ninguna solución con presión militar; por el contrario, esta presencia solo prolongará y complicará la crisis”, ha advertido una fuente de la Cancillería siria, citada por la agencia oficial siria de noticias SANA.
Las declaraciones de Mattis se produjeron poco después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, emitiera un comunicado conjunto con su homólogo ruso, Vladimir Putin, rechazando cualquier solución militar para Siria.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha reprochado esta misma jornada las declaraciones de Mattis, ya que ha considerado que “lo correcto, según EE.UU., es un cambio de régimen”, lo que contraviene los acuerdos de Ginebra.
La coalición estadounidense no ha recibido permiso de Damasco ni de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para operar en suelo sirio. El Gobierno de Siria ha denunciado sistemáticamente la presencia de militares estadounidenses que, a su juicio, han entorpecido e impedido la lucha antiterrorista, llegando a apoyar, incluso, a los extremistas y generando un elevado número de víctimas civiles.
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