El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid al-Moalem, en una rueda de prensa en Damasco (capital), reiteró el rechazo categórico del Gobierno de Bashar al-Asad de las acusaciones sobre el uso de armas químicas por parte del Ejército sirio en la localidad de Jan Sheijun, en el campo de Idlib (oeste de Siria).
Al-Moalem reveló que el Ejercito destruyó un depósito de armas químicas del Frente Al-Nusra (autoproclamado como Frente Fath al-Sham).
El Gobierno sirio nunca usaría armas químicas ni siquiera contra los terroristas y está convencido de que el régimen de Israel es el principal beneficiario de la crisis, aseguró el canciller sirio, además de indicar que, de hecho, existen objetivos detrás de esta nueva campaña de acusaciones contra Damasco.
Los analistas consideran que estas acusaciones buscan cambiar la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia Siria.
De acuerdo con Al-Moalem, Siria es miembro de una coalición con Irán y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) en la que todos están contribuyendo en gran medida a la lucha contra el terrorismo y recalcó que nada puede romper esta alianza.
En otra parte de sus declaraciones enfatizó que los kurdos constituyen un componente básico del pueblo sirio y el Gobierno no busca una Siria dividida.
Para concluir dijo que el Gobierno sirio no está involucrado en el reciente ataque químico, especialmente, si se consideran los avances del Ejército en la lucha contra los terroristas y destacó que Damasco está de acuerdo con la formación de un comité de investigación independiente y no politizado.
Bashar Barazi, Damasco.
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