En paralelo con los avances del Ejército sirio, los terroristas lanzan con frecuencia ataques químicos. El último se produjo en la zona de Annairab en el campo de Alepo, donde morteros con gas cloro generaron casos de asfixia entre decenas de civiles y soldados.
Los expertos consideran que estos ataques químicos reflejan la desesperación de los terroristas, después de las grandes pérdidas que están recibiendo.
En 2014, el Gobierno sirio entregó todo su arsenal químico, cerrando así el camino a los intentos de los terroristas y sus patrocinadores de dirigir acusaciones sobre el uso de armas químicas.
Los analistas estiman que los países occidentales y regionales están, sin duda, detrás del suministro de sustancias químicas a los terroristas.
El 31 de octubre, un ataque terrorista con sustancias químicas sacudió la zona de Al-Hamadaniye en Alepo, dejando a 48 personas con problemas de asfixia. Esta agresión estuvo seguida por otra el 3 de noviembre en la zona de Minyan. Al fin y al cabo, los civiles siguen pagando las facturas del terrorismo.
Los Gobiernos occidentales y regionales, así como los medios de comunicación, siguen ignorando los ataques de los terroristas en Siria, especialmente cuando se trata del uso de armas químicas. Sin embargo, el Ejército sirio y sus aliados están acelerando los pasos para erradicar la amenaza terrorista.
Bashar Barazi, Damasco.
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