El comandante terrorista, alias Abu Omar Saraqeb, uno de los fundadores del Frente Fath al-Sham (antiguo Frente Al-Nusra) murió, junto con varios cabecillas extremistas, en un ataque aéreo lanzado la noche del jueves contra uno de los campamentos del grupo en Alepo.
Una vez anunciada la muerte del líder extremista, —que también fue confirmado por el Frente Fath al-Sham en un comunicado— se plantearon dudas y preguntas sobre si el ataque fue llevado a cabo por aviones de EE.UU., Rusia o Siria.
No fue un ataque de EE.UU. (…) Lo que haya pasado allí no fue algo hecho por militares estadounidenses”, dijo el portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davis.
“No fue un ataque de EE.UU. (…) Lo que haya pasado allí no fue algo hecho por militares estadounidenses”, dijo el portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davis, cuyo país lidera una coalición que realiza bombardeos diarios en el norte de Siria.
Aun cuando nadie se ha atribuido la muerte de Saraqeb, un oficial de defensa estadounidense, bajo condición de anonimato, dijo el viernes a la agencia AFP que Rusia es el “principal sospechoso” del ataque dirigido contra una reunión del grupo.
La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y las bandas extremistas, que cuentan con el apoyo de los llamados “rebeldes moderados” desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe.
No obstante, desde hace meses, el Ejército sirio, respaldado por las fuerzas aliadas, está alterando a su favor el equilibrio de poder en esta región considerada un “símbolo de resistencia” de los enemigos del Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
Según medios locales, el ya abatido comandante terrorista (Saraqeb) era el jefe de las operaciones para la ruptura del cerco establecido por las fuerzas gubernamentales a las partes orientales de Alepo, controladas desde 2012 por los extremistas.
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