Durante su conferencia de prensa semanal en la capital rusa, Moscú, Zajarova ha rechazado este viernes la posibilidad de que Rusia abandone la provincia siria de Al-Raqa (norte) en mano de terroristas de EIIL (Daesh, en árabe), eventualidad que ha calificado de inaceptable e incluso de insultante.
Entre las razones por las que Moscú rechaza el abandono de Al-Raqa, la portavoz ha señalado que entregar cualquier parte de territorio sirio a EIIL significaría ayudar al grupo terrorista a formar un gobierno propio, lo que convertiría el territorio sirio en un centro de apoyo y refugio para todos los grupos terroristas internacionales.
Les recuerdo, que la aviación rusa ha dirigido sólo a los terroristas en Siria (…) Con la ayuda de Rusia, el Ejército sirio fue capaz de romper el cerco de cuatro años de dos ciudades sirias de Nubel y Zahra", ha dicho la portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zajarova.
En este contexto, Zajarova ha insistido en el hecho de que Rusia está preparada para combatir y exterminar a Daesh, lucha que favorece principalmente al pueblo sirio, pero que también ayuda a la estabilidad de los países vecinos de Siria, según ha dicho.
Informe: Cazas de #Rusia desplegados en #Siria no violan tregua pic.twitter.com/xn55VjiCOR
— HispanTV (@Hispantv) March 1, 2016
Además, la portavoz rusa ha vuelto a defender las operaciones aéreas rusas en Siria rechazando ciertas acusaciones de ataques a civiles en los bombardeos.
"Les recuerdo que la aviación rusa ha atacado sólo a los terroristas en Siria (…) Con la ayuda de Rusia, el Ejército sirio ha sido capaz de romper cuatro años de cerco a las dos ciudades sirias de Nubel y Zahra", ha dicho Zajarova a los periodistas.
Cabe recordar que las aldeas de Nubel y Zahra, de mayoría chií, estaban asediadas desde julio de 2012 por el grupo terrorista Frente Al-Nusra, rama siria de Al-Qaeda, y sus aliados.
Rusia lleva a cabo desde el 30 de septiembre de 2015 una campaña de bombardeos en suelo sirio contra objetivos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y otras bandas extremistas por petición expresa del presidente sirio, Bashar al-Asad.
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