• El Staphylococcus aureus ha desarrollado resistencia a varios antibióticos.
Publicada: lunes, 1 de agosto de 2016 20:31
Actualizada: martes, 14 de marzo de 2017 5:50

Millones de personas podrían salvar la vida en el futuro gracias a una bacteria que vive en las narices humanas.

Científicos alemanes han descubierto que este microorganismo, el Staphylococcus lugdunensis, genera un antibiótico natural que ataca a un amplio grupo de bacterias entre las que se encuentran algunas de las más resistentes a los antibióticos. El hallazgo invita a buscar los fármacos del futuro entre las bacterias que pueblan el cuerpo humano.

"En la próxima década morirán más personas por la resistencia a los antibióticos que de cáncer", asegura el microbiólogo de la Universidad de Tubinga (Alemania), Andreas Peschel. El uso y abuso de los antibióticos está provocando una selección no natural de las cepas de bacterias más resistentes.

En la próxima década morirán más personas por la resistencia a los antibióticos que de cáncer", asegura el microbiólogo de la Universidad de Tubinga (Alemania), Andreas Peschel.

Una de ellas es el estafilococo dorado (Staphylococcus aureus), bacteria a la que Peschel ha dedicado toda su carrera investigadora. Esta bacteria vive en la piel y mucosas humanas sin dañar a su anfitrión. Sin embargo, en determinadas condiciones que debilitan el sistema inmune se vuelve patógena. Su grupo principal de víctimas son las personas hospitalizadas y desde mediados del siglo pasado, se ha ido haciendo resistente a un número creciente de antibióticos.

 

Se estima que un tercio de los humanos han sido colonizados por el estafilococo dorado. Peschel y sus colegas se preguntaron porqué el 70% de la población parece inmune a esta bacteria. Según publican en la revista Nature, comprobaron que aquellas narices colonizadas por S. lugdunensis eran territorio hostil para S. aureus. El componente responsable de acabar con la segunda ha sido llamado lugdunin, o lugdunina, según la terminología española.

Para comprobar su acción antibacteriana, los investigadores aplicaron sobre la piel de varios ratones un biofilm con S. aureus para tratarlos después con lugdunina. En todos los casos salvo dos, la infección retrocedió o desapareció por completo.

Puede parecer extraño que la microbiota humana, en una especie de guerra entre bacterias, produzca antibióticos. Pero, como indican los microbiólogos estadounidenses Kim Lewis y Philip Strandwitz "la microbiota está formada por más de mil especies, y la presión selectiva para eliminar a las bacterias vecinas es alta". Uno de los mecanismos que parecen haber encontrado algunas es el de crear sus propios antibióticos.

Aún queda mucho para que la lugdunina sea probada en humanos y aún más para que se convierta en un antibiótico comercial, pero su descubrimiento, además de su propio valor terapéutico, puede tener otro efecto añadido: "Generalmente, los antibióticos se obtienen de bacterias del suelo u hongos", recuerda Peschel. Pero, "la idea de que la microflora humana pueda ser también una fuente de agentes antimicrobianos es todo un descubrimiento". Un hallazgo que llevará a muchos a ver de otra manera a las bacterias que los humanos llevan dentro.

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