Una autopsia del feto muerto cuya madre, una europea, quedó embarazada cuando vivía en Brasil, mostró microcefalia, una condición en que la cabeza y el cerebro del bebé son más pequeños que lo normal, así como graves daños neurológicos.
Los científicos también hallaron altos niveles del virus de Zika en los tejidos cerebrales del feto que superaban los típicamente hallados en muestras de sangre, indicaron el miércoles investigadores del Centro Médico Universitario en Lubliana, Eslovenia, en la publicación especializada New England Journal of Medicine.
El hallazgo ayuda a "reforzar la asociación biológica" entre la infección del virus de Zika con la microcefalia, tal y como explican investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts en Boston (EE.UU.) en un editorial que acompañó al estudio.

Los científicos en Brasil intentan hallar un vínculo entre la aparición del virus en el país y más de 4000 presuntos casos de bebés con microcefalia nacidos meses después.
El país ha confirmado que más de 400 casos corresponden a microcefalia y ha identificado la presencia del virus en 17 bebés, pero aún se debe demostrar que existe una relación entre ambos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado "emergencia mundial" el brote del virus del Zika y la semana pasada, alertó de que el virus se estaba propagando "de forma explosiva" y podría infectar a hasta cuatro millones de personas en América.

Por ahora no existe ni vacuna ni tratamiento contra un virus que fue descubierto en los años cincuenta en el bosque Zika de Uganda y que se transmite por el mosquito Aedes aegypti.
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