“No sé qué cambiará con eso, ya he dicho muchas veces que si no han logrado cumplirlo con cientos de miles, qué se puede decir de un contingente de 5000 o 6000”, ha argumentado este jueves el representante especial del presidente ruso en Afganistán, Zamir Kabulov.
No sé qué cambiará con eso, ya he dicho muchas veces que si no han logrado cumplirlo con cientos de miles, qué se puede decir de un contingente de 5000 o 6000”, argumenta el representante especial del presidente ruso en Afganistán, Zamir Kabulov.
Sus declaraciones han sido pronunciadas como respuesta de la noticia divulgada en la misma jornada acerca de que el presidente estadounidense, Barack Obama, planea dejar un contingente militar de 5500 soldados en el país asiático aun después de que concluyera su período presidencial.

Para Kabulov sería mucho más efectivo ofrecer una “ayuda material” a Kabul, en lugar de desplegarse varios miles de militares norteamericanos en la zona para perseguir a los elementos del grupo Talibán.
Asimismo, ha enfatizado que el Occidente tiene que brindar a las fuerzas afganas una ayuda “real” para que entrene bien al Ejército y garantice el suministro de equipos aéreos y otras armas.
El también director del II Departamento para Asia de la Cancillería rusa, ha calificado de “un apoyo político y moral” el papel que Estados Unidos desempeña actualmente en Afganistán.
“Las autoridades afganas y el pueblo deben de todas formas confiar en primer lugar en sus propias fuerzas”, ha recalcado Kabulov.
No se trata de la primera vez que Moscú cuestiona la ineficacia de la presencia estadounidense en Afganistán, sin embargo el país norteamericano aboga por mantenerse presente en el país asiático.
A inicios del mes en curso, Kabulov achacó la toma de la ciudad afgana de Kunduz por los talibanes - liberado el pasado martes- al “fracaso” del programa de la Casa Blanca para entrenar y formar al Ejército afgano.

En 2001, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), comandada por Washington, invadió Afganistán so pretexto de luchar contra el terrorismo. No obstante, la inseguridad aumentó y los civiles y militares afganos muertos se cuentan por miles.
Según las cifras de la Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) esta guerra, entre 2001 y 2014, acabó con la vida de unos 100 mil afganos y paquistaníes.
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