En una entrevista con la cadena alemana de televisión ZDF, el primer ministro británico, Boris Johnson, declaró el miércoles que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, no hubiera empezado la operación militar en Ucrania si fuera mujer, considerando al mandatario ruso como un ejemplo de “masculinidad tóxica”.
“Solo quisiera recordarle que, en la historia reciente, [ex primera ministra del Reino Unido] Margaret Thatcher tomó la decisión de iniciar una guerra contra Argentina en las islas Malvinas. Aquí tenemos a una mujer que tomó una decisión de iniciar unas acciones militares”, ha afirmado este jueves el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, en una rueda de prensa.
De hecho, Putin ha criticado la decisión del Reino Unido, hace 40 años, de responder militarmente al intento de Argentina de apoderarse de las islas Malvinas controladas por los británicos en el Atlántico Sur.
Además, ha recordado la diferencia geográfica que hay entre el Reino Unido y las islas en cuestión, denunciando que la medida adoptada por Thatcher “fue el resultado de nada más que las ambiciones imperialistas y del afán por reafirmar su estatus imperialista”.
El presidente de Rusia además ha respondido a las bromas que hizo Johnson durante la última cumbre del Grupo de los Siete (G7) en Alemania, lanzando la sugerencia de quitarse las chaquetas al resto de líderes del G7 para una foto conjunta, para así demostrar a Putin que “somos más duros que él”.
El primer ministro británico así burló de unas fotografías que muestran a Putin montando a caballo, con cuerpo semidesnudo. Al respecto, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que “montar a caballo con el torso desnudo es la manera de hacerlo”.
Putin les respondió diciendo que, si los líderes se hubieran desnudado, el espectáculo habría sido repugnante. “No sé si querían desnudarse hasta la cintura o incluso por debajo, pero creo que sería un espectáculo asqueroso”, ha señalado.
Moscú inició el pasado 24 de febrero su “operación militar especial” en Ucrania, con el objetivo de “desmilitarizar” y “desnazificar” ese país europeo. Desde entonces, los países occidentales, tal como denuncia el Kremlin, han llevado a cabo una campaña rusófoba mediante la guerra mediática, en paralelo con una guerra económico-financiera, con el fin de contener la misión rusa, medidas que según Rusia no tendrán efecto alguno en el desarrollo del operativo.
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