• Civiles miran desde sótano donde se escondieron durante enfrentamientos en Sievierodonetsk, Lugansk, este de Ucrania, 28 de febrero de 2022. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 4 de marzo de 2022 14:04

Rusia denunció la decisión de Ucrania de distribuir de forma indiscriminada armas y alertó que Kiev perdió casi por completo capacidad de control de sus regiones.

El régimen de Kiev ha perdido casi por completo la capacidad de la gestión de las administraciones regionales y distritos del país”, ha hecho hincapié este viernes el jefe del Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia, el coronel general Mijaíl Mízintsev.

De acuerdo con el alto militar ruso, aunque se parece que los batallones de la llamada defensa territorial están actuando en la mayoría de las partes del territorio ucraniano, “en realidad son nazis”, mercenarios, terroristas, así como criminales y algunos de ellos de origen extranjero.

Asimismo, ha responsabilizado al Gobierno de Ucrania de esta situación, ocurrida tras la decisión de las autoridades ucranianas de distribuir de forma indiscriminada armas de fuego y municiones entre el pueblo, lo que conllevó un aumento de la violencia contra civiles y extranjeros.

 

Ante tal situación, Mízintsev ha llamado a la comunidad internacional a participar “activamente en los esfuerzos para obligar al régimen de Kiev a respetar las normas de trato humano de la población civil, neutralizar las consecuencias de la catástrofe humanitaria prácticamente en toda Ucrania y presentar inmediatamente corredores humanitarios”.

Según el Ministerio ruso de Defensa, los funcionarios locales de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, temen de los grupos radicales y no ayudan a organizar los corredores humanitarios para la salida de los civiles.

Las alertas salen a la luz en un momento de alta tensión entre Ucrania y Rusia, disparada después del inicio de la “operación militar especial” de Moscú contra Kiev para defender a los civiles de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ambas en Donbás (este de Ucrania), quienes se enfrentaban a un “genocidio” por parte de Kiev, respaldado por el Occidente.

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