Durante los ensayos del desfile del Día de la Victoria en Rusia, que conmemora el triunfo sobre la Alemania nazi de Adolf Hitler, se ha podido ver parte del material militar terrestre destinado a las misiones en el Ártico, como los carros de combate T-80, pintados de blanco con bandas grises y negras para romper la silueta de “dazzle”.
En todo el país euroasiático se están preparando para celebrar el 75.º aniversario de la victoria sobre el nazismo en Europa, que tradicionalmente en Rusia se festeja el 9 de mayo y este año se pospuso para el 24 de junio debido a la crisis pandémica del coronavirus, causante de la COVID-19.
La fecha no es casual: el 24 de junio de 1945 el Ejército Rojo de la ya extinguida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) celebró el primer desfile solemne de la victoria en la Plaza Roja de Moscú.
Las imágenes de los T-80 pintados de blanco con figuras asimétricas en color gris y negro, siendo un esquema de camuflaje que se define como Ártico, se han tomado en un polígono militar cercano a Ekaterimburgo, ciudad ubicada en el centro-oeste de la Federación Rusa.
Estos tanques y otros vehículos blindados como los 8x8 BTR-82, una versión modernizada del mítico BTR-80, y las motos de nieve dotadas de un pequeño sistema de orugas y skies, lo que determina su utilización en las regiones árticas del norte de Rusia, se han puesto a punto para intervenir en el desfile militar del próximo miércoles que tendrá lugar en la céntrica plaza de Moscú.
En las maniobras se han visto también sistemas antiaéreos de misil-cañón Panstir S-1, montados sobre vehículos de cadena totalmente pintados de blanco para ser destinados al campo de operaciones del Ártico.
El Kremlin ha planeado “aumentar las capacidades de combate” de sus fuerzas militares en el Ártico para mantener una presencia militar fuerte en esta estratégica área rica en recursos de hidrocarburos y, por ello, está habilitando sus medios para operar en su adverso clima.
El Ártico es una zona de suma importancia por sus grandes reservas de gas y petróleo, además de revestir gran importancia para Moscú y el Occidente, en especial, tras el deterioro de las relaciones de Rusia con Estados Unidos en los últimos años.
Con el aumento de las tensiones entre las partes, la zona ártica también se ha convertido en un nuevo escenario de rivalidad entre los mencionados países que buscan controlarla.
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