“Estamos listos para suministrar (a Filipinas) armas ligeras y sofisticadas, aviones, helicópteros, submarinos y muchas otras armas, no de segunda mano”, anunció Igor Khovaev, el embajador de Rusia en Filipinas, en una rueda de prensa, citada el jueves por el diario británico Reuters.
El diplomático recalcó que Moscú tiene mucho que ofrecer a Manila, pues aseguró que todo se haría en plena conformidad con el derecho internacional. Además, dijo que Rusia entiende la intención de Filipinas para diversificar a sus socios extranjeros.
Estamos listos para suministrar (a Filipinas) armas ligeras y sofisticadas, aviones, helicópteros, submarinos y muchas otras armas, no de segunda mano”, anunció Igor Khovaev, el embajador de Rusia en Filipinas.
“No se trata de elegir uno entre otros. La diversificación de socios significa preservar y mantener a antiguos aliados tradicionales y a la vez, conseguir otros nuevos, así que Rusia está lista para convertirse en un nuevo socio fiable y un amigo íntimo para Filipinas”, apostilló.
En sus declaraciones hizo hincapié en que a las autoridades rusas no les interesa interferir en las relaciones que Manila mantiene con sus socios tradicionales y en una clara referencia a Estados Unidos, dijo que los antiguos aliados no deben preocuparse y que han de respetar los nexos entre Rusia y Filipinas.
Sus comentarios se producen en momentos en que dos buques de guerra rusos se encuentran desde el martes en Manila (capital filipina), donde permanecerán cinco días. Esta visita es el primer contacto naval oficial entre los dos países tras la llegada al poder el pasado junio del controvertido presidente Rodrigo Duterte que prometió desechar la tradicional alianza militar que su país mantiene con Estados Unidos y acercarse, por otro lado, a Rusia y China.
La visita de la Marina rusa ocurre menos de un mes después de que Duterte enviara a sus ministros de Exteriores y Defensa a Moscú (capital de Rusia) para ampliar las cooperaciones militares bilaterales luego de que un senador estadounidense dijera que bloquearía la venta de 26.000 rifles de asalto a Filipinas debido a la creciente cifra de muertos en una guerra que Duterte ha impulsado contra el tráfico de drogas en el país.
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