"Probablemente sepan que miles de ciudadanos rusos e individuos de otras repúblicas postsoviéticas están luchando en las filas de los grupos terroristas en Siria", dijo el sábado Medvedev en una entrevista con el canal 2 israelí, citada por la agencia rusa de noticias RT.
Estas personas, sometidas a lavados de cerebro, cuando terminan sus misiones en Siria volverán a casa como asesinos profesionales y terroristas y no queremos que cometan actos de esa naturaleza en Rusia, justificó Medvedev las razones de la campaña de Rusia en Siria.
Probablemente sepan que miles de ciudadanos rusos e individuos de otras repúblicas postsoviéticas están luchando en las filas de los grupos terroristas en Siria", dijo el primer ministro de Rusia, Dimitri Medvedev.
"En primer lugar, queremos que (los terroristas) se queden allí", aseveró para después recordar que Rusia ya se había enfrentado a problemas similares "en el contexto de la guerra del Cáucaso en la década de 1990", en alusión a las dos guerras que Rusia libró en Chechenia.
La campaña militar rusa en Siria, sostuvo Medvedev, se debe no solo a la creciente amenaza de la desestabilización del Oriente Medio, pero ante todo a la necesidad de garantizar nuestros propios intereses nacionales, agregó, recordando que junto al grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) y otras bandas terroristas combaten miles de oriundos de Rusia y que Moscú no está interesado en que regresen para organizar actividades extremistas en suelo ruso.
En otro momento de sus declaraciones, el premier ruso recalcó que en la actualidad el presidente sirio, Bashar al-Asad, es el único exponente legal del poder en Siria.
"Lo que no queremos es que Siria se desintegre, que se divida en varios enclaves y partes (como eso sucedió en Libia) y que cada una de esas partes sea controlada por grupos terroristas separatistas, lo cual sería muy peligroso para todos, en primer lugar para Israel", subrayó.
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