“Me consuela que, según las mismas filtraciones, pero basadas en información muy fiable, varias personas de la Administración de EE.UU. entienden que cualquier ataque a blancos terrestres del Ejército sirio sería una violación flagrante del derecho internacional”, apunta el canciller ruso, Serguei Lavrov en una entrevista con el Canal Uno de la televisión pública rusa emitida hoy domingo.
Lavrov reaccionaba así a filtraciones del Pentágono al periódico Asharq Al-Awsat, ayer sábado, según las cuales EE.UU. estaría considerando lanzar ataques aéreos secretos “contra (Bashar) Al-Asad”, presidente de Siria.
Me consuela que, según las mismas filtraciones, pero basadas en información muy fiable, varias personas de la Administración de EE.UU. entienden que cualquier ataque a blancos terrestres del Ejército sirio sería una violación flagrante del derecho internacional”, dice el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov.
Frente a la intención de Washington de no asumir públicamente esos hipotéticos ataques, según el diario saudí con sede en Londres, Lavrov objeta que “los estadounidenses tendrán que explicarse de una manera diferente a la de entonces, cuando dijeron ‘hubo un error, lo sentimos’”, refiriéndose al bombardeo estadounidense contra tropas sirias del 17 de septiembre.
Por otro lado, Lavrov señala la ambigüedad de la postura de Washington respecto a la banda terrorista que hasta hace poco se presentaba como rama de Al-Qaeda en Siria, el Frente Fath al-Sham (antes Frente al-Nusra) y considera la reciente eliminación de uno de sus cabecillas, Abu Farach al-Masri, como un “caso aislado” propiciado por conversaciones con Moscú.
Mientras que EE.UU. da un “trato suave” a EIIL (Daesh, en árabe) —pese a encabezar una “coalición” internacional supuestamente dedicada a combatirlo—, a Al-Nusra ni siquiera los tocan, denuncia el canciller ruso.
Este relaciona además la falta de voluntad de Washington en ese sentido con su pretensión de imponer a las Fuerzas Aéreas rusas y sirias que se abstengan de volar sobre Alepo, donde facciones armadas y terroristas resisten aún, apoyándose en Al-Nusra según el ministro ruso, al asedio del Ejército de Siria y sus aliados.
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