“Nuestra industria va a plena marcha, recibiremos seis complejos S-400 este año. No bajaremos el ritmo el próximo año”, indicó el domingo el militar, para luego reiterar que Moscú dispone de todos los medios para defender sus fronteras aéreas.
Nuestra industria va a plena marcha, recibiremos seis complejos S-400 este año. No bajaremos el ritmo el próximo año", dijo el general coronel ruso, Víktor Bóndarev.
Asimismo, el general hizo hincapié en que el armamento tiene una alta fiabilidad y una calidad sin parangón, corroborada por la experiencia del Ejército, que la ha utilizado sin fallos.
El despliegue de tan solo un complejo S-400 en el territorio de Siria tras el derribo del caza ruso Su-24 por aviones de combate de Turquía cerró el espacio aéreo e impidió los vuelos de terceros en los cielos del país árabe.
El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de inmediato el derribo del avión ruso como una “puñalada por la espalda que tendrá serias consecuencias para la relación de Rusia con Turquía”.
El incidente le ha costado muy caro a Turquía; Moscú ha cortado todos sus lazos militares con Ankara y ha adoptado represalias económicas en los ámbitos del turismo, el comercio, el empleo y la educación.
El pasado mes de diciembre, el Ministerio de Defensa ruso también dijo haber instalado sistemas S-400 en el noroeste del país para proteger el espacio aéreo ruso.
El S-400 Triumf es un sistema de misiles antiaéreos de largo y medio alcance fabricado y diseñado por los expertos rusos para destruir objetivos aeroespaciales modernos y avanzados a una distancia de hasta 400 kilómetros.
Los expertos rusos llegan a proclamar que los misiles S-400 tierra-aire son capaces de anular la efectividad de cazas furtivos de quinta generación como los aviones de combate F-35, bloqueando sus radares e incluso derribándolos.
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