El Rossiyskaya Gazeta en su edición de este domingo ha publicado que el RS-26, también conocido como Avangard, que fue entregado a las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, además ha sorprendido a China.
Washington, según el informe, está preocupado por esos ICBM rusos con la ojiva MIRV (siglas en inglés por un vehículo de reentrada múltiple e independiente), por su capacidad de poder alcanzar a cualquier objetivo en Estados Unidos desde cualquier punto del vasto territorio ruso.
El informe añade que para hacer frente a la ojiva MIRV, Estados Unidos requerirá al menos 50 misiles modelo SM-3.
Citando a los expertos, el informe subraya que el RS-26 Rubezh cuenta con la capacidad de realizar un constante cambio de ruta, una característica única que hace imposible para la defensa antimisiles detectarlo.
De esa forma, el RS-26 Rubezh puede crear un escudo seguro para Rusia ante las amenazas del Occidente, el hecho, añade la publicación, no le conviene a Washington que ha desplegado sus sistemas antimisiles cerca de las fronteras rusas.
La publicación rusa añade que hoy en día, los expertos a nivel internacional se han reunido para analizar el misil de combustible sólido con un alcance de 11 mil kilómetros y su poder destructivo. El alcance supera al del misil Protón-M que es 10 mil kilómetros.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos y los aliados de este último en Europa han ido empeorándose en gran medida a raíz del conflicto en el este de Ucrania e incluso han llegado a sus niveles más bajos desde la Guerra Fría.
En varias ocasiones, tanto Rusia como EE.UU. y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han llevado a cabo ejercicios militares destinados a confrontar enemigos ficticios cerca de las fronteras europeas de Rusia. Ambas partes consideran estas maniobras como actos provocativos.
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