Entre 1,5 millón y 2 millones de personas han ocupado Barcelona, según la Guardia Urbana y los organizadores. Tras tres movilizaciones masivas y históricas en Europa, impulsoras del proceso soberanista, esta, la llamada Vía Libre, quiere ser la definitiva hacia la secesión.
La marea humana ha insistido en su voluntad de crear la República Catalana y ha pedido el "Sí" en las elecciones del 27 de septiembre.
El contexto electoral de la marcha ha provocado críticas de los partidos favorables a quedarse en España, que han calificado el acto de electoralista a favor de la coalición de Artur Mas, Juntos por el Sí. Los independentistas lo han negado apelando a la transversalidad de la manifestación.
El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, ha preferido no acudir a la manifestación para preservar su papel institucional, mientras la Vía Libre ha reivindicado un nuevo país más sostenible, equilibrado y justo socialmente.
Oriol Puig, Barcelona.
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