La improbable relación comercial entre un coronel y un cabo del Ejército, y ese mismo cabo gastando miles de dólares diarios en un casino, son el hilo de una madeja que podría conducir al propio alto mando militar.
El escándalo se originó a partir de facturas emitidas desde esta casa, en un barrio popular de Santiago.
El pozo sin fondo es una ley secreta que otorga a los militares diez por ciento de las ventas anuales de cobre, principal exportación del país.
En la última década Chile ha adquirido más armamento, y más sofisticado que todos sus vecinos.
Para este abogado, el mando militar se ha convertido en una maquinaria de corrupción.
Una corruptela que dominaría el sistema político-institucional.
Alejandro Kirk, Santiago.
snf/hnb

 
  
  
  
  
  
  
  
  
 