Turquía sigue bombardeando a los combatientes kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo) en el norte de Irak. Mientras tanto, militantes asesinan miembros de las fuerzas de seguridad en suelo turco. La escalada de tensión entre Turquía y el PKK, instigada por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), sigue adelante. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dado esta semana por acabado el proceso de paz que el Gobierno mantenía con el PKK desde 2013.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en funciones desde que el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco) perdiese la mayoría absoluta en las generales del 7 de junio pasado, acusa al partido kurdo izquierdista Partido Democrático del Pueblo (HDP, por sus siglas en turco) de vínculos con el terrorismo. Pero el HDP reitera su condena al terrorismo.
Erdogan ha pedido quitar la inmunidad parlamentaria de los diputados del HDP para juzgarlos por terrorismo. El HDP, en respuesta, ha desafiado a Erdogan solicitando ellos mismos perder la inmunidad.
El HDP acusa al Gobierno de sembrar el caos en Turquía para ensuciar su imagen y que, en caso de repetirse las elecciones como puede ocurrir si no se forma un Gobierno en breve, los kurdos pierdan votos y no entren en el hemiciclo. Eso ayudaría al AKP a lograr la mayoría absoluta e instaurar una presidencia ejecutiva para Erdogan.
Lluís Miquel Hurtado, Estambul.
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