Antes de concluir su visita a China, el presidente de Irán visitó la histórica mezquita de Tung-si, en la capital china, Pekín, para reunirse con los musulmanes del país asiático.
Durante el acto, el jefe de Estado de Irán volvió a insistir en la voluntad de su país para estrechar los lazos con el gigante asiático.
Además de intereses mutuos, dijo el mandatario iraní, ambos países enfrentan desafíos comunes, como el unilateralismo de Estados Unidos.
Asimismo, Seyed Ebrahim Raisi agregó que a pesar de las presiones de Estados Unidos, su país ha logrado avanzar y superar los obstáculos.
Aun así, el mandatario aseguró que la Revolución Islámica es más fuerte que hace 44 años y que las conspiraciones de Estados Unidos no le harán temblar.
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