“La República Islámica de Irán cree que solo la unidad y la integración entre diferentes sectas libanesas podrá garantizar la seguridad y la estabilidad en El Líbano y proteger a este país ante las amenazas del régimen israelí, los terroristas y takfiríes”, ha afirmado este viernes la Cancillería iraní con motivo del aniversario del triunfo de la Resistencia ante el régimen israelí en 2006.
La República Islámica de Irán cree que solo la unidad y la integración entre diferentes sectas libanesas podrá garantizar la seguridad y la estabilidad en El Líbano y proteger a este país ante las amenazas del régimen israelí, los terroristas y takfiríes”, ha afirmado la Cancillería iraní.
En un comunicado, el Ministerio iraní ha destacado que “la importancia de la resistencia ante el enemigo sionista es innegable y la guerra de 33 días es el símbolo de la resistencia ante un ejército armado hasta los dientes”.
La nota describe “constructivo” y “positivo” el reciente viaje del canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, a El Líbano y tras recalcar las relaciones “amistosas” entre los dos países, ha reiterado el apoyo de Teherán al Gobierno, la nación, el Ejército y Hezbolá.
Además, la Cancillería persa ha afirmado que sigue respaldando el proceso político para acabar con el vacío del poder en el país árabe, que se encuentra sin presidente desde el 25 de mayo de 2014, cuando expiró el mandato de seis años del entonces mandatario Michel Suleiman.
Por su parte, el expremier libanés Michel Aoun ha precisado este viernes que a pesar de que han transcurrido nueve años de la guerra de 33 días, la guerra entre los dos lados continúa.

Aoun ha relevado el desempeño de Hezbolá al defender el territorio libanés y ha aseverado que este movimiento podrá vencer al régimen israelí en otra eventual guerra.
"Siria e Irán jugaron un rol importante en nuestra victoria. He enfatizado numerosas ocasiones que tras la guerra de 33 días, el régimen israelí no experimentó ningún triunfo", ha subrayado el presidente del Movimiento Patriótico Libre.
El 12 de julio de 2006, el régimen de Israel abrió un nuevo frente de guerra contra Hezbolá y, so pretexto de la liberación de dos de sus militares, lanzó amplios ataques desde tierra, aire y mar contra el territorio libanés.
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