Fue alrededor de las 10:15 (hora local, 6:45 GMT) que ocurrió el primer ataque en el mausoleo del Imam Jomeini (ubicado en el sur de Teherán). Dos personas intentaron entrar en el lugar de forma sospechosa lo que llamó la atención de las fuerzas de seguridad y, supuestamente, la rápida acción de los guardias obligó a uno de los atacantes a inmolarse en las afueras del recinto. Como consecuencia, una persona murió y otras dos resultaron heridas.
El segundo atacante se enfrentó a las fuerzas de seguridad, que lograron neutralizarlo en un tiroteo. Los cadáveres de los dos terroristas fueron entregados a las autoridades para que se realicen las pesquisas pertinentes de identificación.
En cuanto al atentado terrorista perpetrado en la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), los atacantes, disfrazados de mujer, lograron entrar en el recinto del Parlamento a través de la puerta por la que los ciudadanos suelen entrar para visitar a sus representantes.
Al toparse los terroristas con el servicio de seguridad del Parlamento, empezaron a disparar contra los agentes y, aprovechando el ambiente de miedo creado, pudieron penetrar en el edificio. Las fuerzas de seguridad actuaron con máxima celeridad para garantizar la seguridad del salón principal del Mayles y del lugar donde se reúnen las comisiones parlamentarias.
La actuación de las fuerzas de seguridad obligó a los terroristas a cambiar su rumbo hacia el lugar donde se encuentran las oficinas de los diputados y, ahí, dispararon indiscriminadamente contra los presentes. Finalmente, en el atentado del Parlamento cayeron mártires dos personas y otras 30 sufrieron heridas por lo fueron trasladadas a hospitales cercanos.
En un principio se creía que todo el plan terrorista estaba dirigido a estos dos lugares, no obstante, las investigaciones del Ministerio de Inteligencia iraní han revelado nuevos aspectos de la trama.
El doble atentado terrorista del miércoles de Teherán que finalizó con la muerte de 17 personas, además de los terroristas, y 50 heridos, tenía otras dimensiones más extensas que no solo incluían el Parlamento y el mausoleo del Imam Jomeini, sino más de medio centenar de blancos en diferentes zonas de la ciudad capitalina.
Las operaciones terroristas de Teherán eran tan importantes para Daesh que el grupo decidió enviar el año pasado a su pez gordo, Abu Ayesha al-Kurdi junto a un grupo operativo al suelo iraní. Pero el cabecilla murió a manos de francotiradores del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) en el oeste de Irán antes de que pudiera llegar a Teherán.
Sin duda alguna, si Al-Kurdi y su equipo operativo hubiera podido entrar en Teherán no podríamos hablar de los atentados del miércoles como un incidente que duró apenas media jornada porque su presencia habría extendido las actividades del grupo takfirí, a otros puntos de la capital.
Operaciones en Teherán; envío del carnicero de Al-Ramadi (Irak) a Irán
Daesh decidió implementar la primera fase de las operaciones de acceso de su nuevo comandante takfirí a Irán. Al-Kurdi entró junto a dos equipos terroristas al suelo iraní cruzando, por separado, las fronteras occidentales del país persa.
En un principio todo parecía desarrollarse bien, no obstante, durante el proceso uno de los equipos terroristas en el que no se encontraba Al-Kurdi se enfrentó con las fuerzas de seguridad de la base Nayaf del CGRI en la ciudad occidental de Kermanshah. Las fuerzas iraníes lograron abatir a todos los terroristas en el punto cero de la frontera de Irán con Irak.
Por otro lado, Al-Kurdi, acompañado de otro equipo terrorista, ingresó a territorio iraní y se ubicó en una de las ciudades fronterizas de Kermanshah. Al cabo de un tiempo los terroristas se dieron cuenta de que su refugio clandestino había sido identificado por la Inteligencia iraní y decidieron cambiar de lugar y escapar, pero fue una decisión tardía pues las fuerzas de seguridad iraníes habían acordonado el escondite.
El grupo terrorista, que contaba con gran cantidad de municiones y armas, se enfrentaron con las fuerzas iraníes y todos fueron abatidos, menos Al-Kurdi que logró escapar pero poco después fue alcanzado mortalmente por un francotirador del CGRI.
De hecho, el pasado agosto, una fuente informada de Kermanshah notificó la muerte de Al-Kurdi por disparos de un francotirador del CGRI.
Sin lugar a dudas, si las fuerzas de seguridad iraníes no hubieran intervenido a tiempo y matado al este cabecilla de Daesh en la frontera, los atentados del miércoles habrían tenido otra trascendencia, ya que el grupo criminal planeaba atentar contra 50 puntos de la capital iraní.
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