"Irán cree que Bashar al-Asad, como presidente legítimo de Siria, debe permanecer en el poder hasta el final de su mandato. La eliminación de Al-Asad es nuestra línea roja", dijo el sábado el director del Centro de Estudios Estratégicos del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán, Ali Akbar Velayati.
El funcionario persa que hablaba en un programa televisivo transmitido por la televisión nacional iraní, insistió en que sólo la nación siria está autorizada a decidir el futuro de su país y de su presidente. “Se trata de una cuestión nacional y eso no tiene nada que ver con ninguna otra parte”.
Irán cree que Bashar al-Asad, como presidente legítimo de Siria debe permanecer en el poder hasta el final de su mandato. La eliminación de Al-Asad es nuestra línea roja", dijo el director del Centro de Estudios Estratégicos del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán, Ali Akbar Velayati
Según Velayati, EE.UU. que ha sufrido repetidos fracasos en sus políticas regionales, no puede tolerar la creciente influencia de Irán en el Oriente Medio.
"Irán por petición del presidente legítimo de Siria y del Gobierno de este país reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), apoya a los sirios en su lucha contra el terrorismo", declaró.
Señaló que EE.UU. está detrás de la creación de grupos extremistas como EIIL (Daesh, en árabe), autor de los peores crímenes de lesa humanidad cometidos durante la historia.
Denunció que Washington tras crear inestabilidad en la región, ahora pretende desintegrar los países musulmanes para así proteger al régimen israelí.
Según el asesor del Líder, las autoridades estadounidenses acepten o no, el tiempo de su presencia en la región ha terminado.
Siria sufre una profunda crisis desde 2011 cuando varios grupos armados, entre ellos bandas extremistas, con el apoyo de algunos países como Arabia Saudí, Turquía y Estados Unidos, iniciaron sus ofensivas para provocar el derrocamiento del Gobierno del presidente Al-Asad.
Los conflictos hasta el momento han causado la muerte de 270.000 personas en el país árabe, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
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