La agencia oficial iraní de noticias IRNA ha analizado en un reporte publicado este sábado los cuatro elementos que hicieron que el Gobierno de Riad sintiera cólera hacia Teherán, con quien ya no mantiene relaciones diplomáticas ni comerciales.
“Transcurridos cuatro años de la crisis siria, Arabia Saudí, pese a gastar miles de millones de dólares, no ha logrado su objetivo de provocar el derrocamiento del Gobierno de (presidente sirio) Bashar al-Asad”, un estrecho aliado de Teherán, afirma la fuente.
Transcurridos cuatro años de la crisis siria, Arabia Saudí, pese a gastar miles de millones de dólares, no ha logrado su objetivo de provocar el derrocamiento del Gobierno de (presidente sirio) Bashar al-Asad”, un estrecho aliado de Teherán, reza un informe de la agencia iraní IRNA
El segundo fracaso para Riad ocurrió en Irak, que afronta una cruenta guerra contra la banda terrorista EIIL (Daesh, en árabe). También en este país árabe los Al Saud vieron fracasados sus intentos por aumentar su influencia. Riad abrió hace semanas su embajada en Bagdad, capital iraquí, después de más de dos décadas de haberla cerrado.
Riad también atestiguó otro fracaso ante Teherán en Yemen, donde ambos países mantienen posturas contrapuestas.
“Tras las victorias cosechadas por los movimientos populares en Yemen encabezados por Ansarolá”, Arabia Saudí dio inicio a una intervención militar para acabar con Ansarolá y restaurar en el poder a su aliado cercano, el expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi. “Transcurridos 10 meses desde que dieran comienzo los ataques aéreos, Riad aun no ha podido alcanzar lo que buscaba en Yemen", sostiene.
Por último, el consenso nuclear alcanzado en julio pasado entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), ha sido otro motivo de preocupación para el Gobierno saudí.
“Los líderes saudíes son bien conscientes de que la mejora de la posición de Irán como un país innovador en el ámbito regional e internacional, tras ser liberado de las crueles sanciones, tendrá como resultado un aumento de su poderío”, remarca el texto.
Debido a estos fracasos, Riad ejecutó (el pasado 2 de enero) al destacado clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr, con la esperanza de ver una reacción no meditada por parte de Teherán; sin embargo, los líderes iraníes neutralizaron el “complot saudí” adoptando “posturas adecuadas”.
La ejecución de Al-Nimr, que dio inicio a una escalada de tensiones entre Irán y Arabia Saudí, volvió a ser duramente condenada el viernes por centenares de miles de manifestantes en casi todas las ciudades de Irán.
De acuerdo con uno de los oradores del rezo del viernes, “el destino de los criminales dirigentes saudíes será más miserable que el de dictadores como Saddam Husein (de Irak) o el derrocado Shá de Irán, ya que la ira de las naciones pronto les conducirá hacia el cementerio de la historia”.
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